Save Us (Maxton Hall #3 )(10)



como no puede darme eso, quiero volver a donde estábamos hace un a?o.

Para que podamos ser mejores amigos de nuevo. Sólo mejores amigos.

Nada más.

En respuesta, escuché un silencioso: "okay", que por un lado era como una bofetada, por otro lado me dio una sombra de esperanza de que al menos nuestra amistad podría salvarse, porque la situación entre nosotros está finalmente clara.

Pero por mucho que intentemos comportarnos descuidadamente en 40

nuestra presencia, nada es como antes. Hay algo entre nosotros que no puedo ignorar, y es algo que crece cuanto más tiempo paso con Kesh.

O cuanto más tiempo lo miro fijamente, que debo detener inmediatamente.

Muevo mis ojos al borde del campo, a mi bolsa en el banco. Con una mano saco la botella de agua, con la otra saco el móvil. Wren me escribió.

S.O.S. ?Puedo ir con Ruby? Algo malo está pasando en casa de los Beaufortes, y vamos a necesitar un poco de entretenimiento.

Murmuro bajo mis narices. —Esto es todo lo que me he perdido.

—?Qué carajo?— Escucho la voz de Kesh detrás de mí. Está parado a cierta distancia, y aún así el pelo de mi cuello está parado en mis hombros.

Me concentro en responder a Wren, y luego pongo el teléfono en el bolsillo de mi bolso.





—Wren y Ruby estarán conmigo enseguida.— Le doy la espalda. Me mira. Me cuesta mucho trabajo controlarme, como cada vez que está cerca.

—Ruby probablemente está en una forma terrible—, dice. Toma su bolsa del banco y juntos nos al vestuario. —Escuché que estaba saliendo con Sutton, por lo que fue expulsada de la escuela.— Las notas escépticas de su voz me dicen que no cree en los rumores.

—Estoy seguro de que no estaba saliendo con Sutton.— Kesh me envía una mirada interrogante.

—Estuviste allí cuando James estaba tomando esas fotos, ?verdad?

— Me dice.

Kesh es un gran observador. No se le pudo pasar por alto.

—Sí, pero no me imagino que él las divulgara. Este caso tiene un 41

segundo fondo.

Estoy ronroneando algo sin convicción. James ha hecho cosas mucho peores que enviar unas cuantas fotos controvertidas, pero por otro lado, no creo que haga nada que pueda perjudicar tanto a Ruby.

—?Te pasarás por ahi?

Kesh se detiene en el pasillo. Me envía una mirada interrogatoria. Unas cuantas hebras de pelo rebeldes salen de una cola de caballo suelta en la que siempre se engancha el pelo antes del entrenamiento. Preferiría ponérselas yo mismo detrás de las orejas. Detengo mis reflejos y aprieto mis manos en la botella de agua tan fuerte que el plástico se sacude peligrosamente.

—?Quieres que te acompa?e?— él responde.

No hemos pasado mucho tiempo juntos desde la última pelea.





No recuerdo la última vez que hablamos de verdad, los dos, sin otros compa?eros. Siempre que nos quedamos solos, la atmósfera se espesa, y me retiro por temor a equivocarme de nuevo y conformarme con lo único que Kesh puede darme: besos robados en la oscuridad y el eterno misterio.

Sigo esperando que pronto todo sea como antes y podamos hacer nuevos amigos. Nada más, pero también nada menos. Así que asiento, aunque sé que una noche en su compa?ía no es la mejor solución para mi corazón.

—Claro, cuanta más gente, mejor.— Le doy una mirada hacia atrás.

Estoy seguro de que leyó de mi vista lo que me está pasando. Ves tales cosas después de a?os de amistad, Kesh es una de las personas más empáticas que conozco.

A veces pienso que es una pena que no haya seguido esto antes de 42

romperme el corazón.



—En ese caso, iré feliz...— responde en voz baja.

—Eso es genial.— gru?o. —Está bien.

—Voy a ducharme— informa e indica el ba?o al final del pasillo.

Siento que me estoy calentando de nuevo, aunque después del entrenamiento mi ritmo cardíaco ha vuelto más o menos a la normalidad.

Lo paso rápidamente de camino al vestuario.

—Espero afuera...— le digo por encima del hombro.

Todavía puedo sentir su mirada tranquila y sabia en mi cuello.





Ruby parece que ha tenido un día largo y duro. Apenas vino a mí, se deslizó en el sofá y no se ha movido desde entonces. Está muy pálida.

Todos llevamos ropa normal, ella sigue con el uniforme de la escuela. Se ve muy patética. Está despertando un instinto de cuidado en cada uno de nosotros.

Kesh enciende la música, yo voy a la cocina y busco algo de comer.

Como Elaine y Fred no viven con nosotros, mis padres han despedido a algunos de los empleados de la cocina y han renunciado a sus comidas diarias juntos. No me arrepiento de lo último. Normalmente me sentía tenso de todos modos, y mis padres hablaban principalmente con Fred, y sobre todo sobre Fred.

Ahora hay días en los que no nos vemos en absoluto, pero eso no me preocupa en absoluto. Me gusta estar solo. Al menos no tengo que fingir y esconder a mis padres que su actitud me hace da?o.

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